Quizá porque la realidad cotidiana es de miseria y compañía, el oasis festivalero adquiere en España una relevancia superior a la que le correspondería en mejores circunstancias. El día a día del jazz en España es tan de andar por casa que los grandes eventos jazzísticos del verano y del otoño son el flotador al que aferrarse ante la ausencia de exposición pública y remuneración justa por el trabajo hecho.
La semana pasada Club de Jazz organizó una mesa redonda sobre festivales de jazz en España en la que intervinieron los responsables de tres festivales históricos y consolidados (Donosti, Vitoria y Barcelona), uno emergente (Cádiz) y la iniciativa cooperativa Els Millors Festivals, que abarca varios pequeños festivales de Catalunya y Baleares. Estos son algunos apuntes y reflexiones a partir de lo escuchado.