Club de Jazz 22/04/2024
Dan Weiss

Reseñas de discos

Piccola Orchestra Gagarin - Vostok
Whatabout Music - 2016
Año: 2016
Sello: Whatabout Music
Músicos: Sasha Agranov (chelo y voz), Paolo Angeli (guitarra sarda preparada y voz), Oriol Roca (batería, percusión y objetos)

Piccola Orchestra Gagarin - Vostok

Creo que fue Tom Waits quien dijo que aborrecía las emisoras de radio musicales temáticas, algo habitual en su país pero ajeno al nuestro, abandonada como está a su suerte la radio digital en España. Razón no le falta al estadounidense, nada más estrecho de miras que un mundo monocorde. Por eso creo que le gustaría el segundo disco de la Piccola Orchestra Gagarin, porque sin ser una emisora sí es un emisor de diversidad. Será que desde el espacio se puede tomar perspectiva de la riqueza musical del planeta.

Vostok, relevo de aquel peculiar menú de degustación que fue Platos Combinados, es el nombre de la nave en la que viajó el astronauta Yuri Gagarin. El ruso, primer humano en viajar al espacio, falleció irónicamente en accidente de aviación, hecho que la POG conmemora aquí con una marcha fúnebre, himno doliente sobre el que bien hubiera podido recitar Waits, megáfono en mano, firma del baterista Oriol Roca. Y es que en esta carrera músico-espacial, el trío barcelonés se instaló desde el inicio en el terreno de la ironía, incluso involuntaria, como la de abrir disco dedicando un tema a Mandla Maseko, anunciado como el primer africano negro en viajar al espacio. Todavía está esperando.

Ironías aparte, lo de la POG es algo muy serio, aunque su presencia escénica, embutidos en unos peculiares trajes espaciales, invite a la chanza. En serio, el salto que ha dado el grupo de seis años a esta parte es cósmico. Si el primer disco era la grabación de su segundo concierto, fundamentado en la casi más absoluta improvisación, ahora nos ofrece una versión de estudio (pre)meditada, muy bien estructurada y con la novedad de la incorporación de varios temas con firma. Se mantiene el sello del inconfundible canto sardo de Paolo Angeli en Piaghesa, y se incorpora Sasha Agranov con una nana tradicional rusa que le cantaba su madre de pequeño, Krutitsa vertiysa shar goluboy, intensa, nostálgica, emotiva, biberón de alta graduación.

A Tom Waits creo que le podría gustar, porque el disco tiene incluso un punto canalla, y sobre todo porque se abre con sonoridades africanas que después son rusas para inmediatamente tornarse árabes al rendir homenaje a la grande entre las grandes de la canción epigcia, Oum Kalthoum. Siendo terreno instrumental, el trío capta muy bien los giros rítmicos y la estética de su música, ayudados en gran medida por la capacidad de mutación tímbrica de la guitarra de Angeli. Sin ser un continuo de improvisación como en el caso del anterior disco, Vostok va hilando temas con fluidez, como si el satélite fuera avanzando alrededor de la tierra y captando señales que la POG naturaliza e integra en su propio idioma, a medio caballo del rock progresivo, el folclore y el jazz.

Terreno indefinido, que no diluido, porque con tan poco arsenal instrumental la Piccola suena grande, poderosa, versátil, tierna incluso. A la espacial, melódica y, sí, tierna Cançó de bressol de Oriol Roca -Uri en su versión musiconauta- le sigue Crater malaria, un breve ejercicio de exploración colectiva, que marca ese tono de humor inocente y asombro extraterrestre del trío. Humor de bourbon en el brillante cierre de disco, cuando la música danza bajo unas palabras que, de forma pedagógica, aconsejan cómo afrontar los riesgos de la bomba atómica. Lo dicho, ¡la bomba!

Carlos Pérez Cruz

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