No es que pasen desapercibidas, es que muchas de las cosas más hermosas de nuestro tiempo suceden en secreto, ajenas al griterío colectivo que nos ensordece a diario. No es que su vocación sea el secretismo, es simplemente que no disponen de las mismas oportunidades, sus responsables carecen de las plumas del pavo real y, además, no están hechas en función de la corriente. Son de verdad, íntimas, honestas, innegociables.
Hay algo muy de verdad en este “Corpos” de Clara Lai, aunque esa verdad no nos ofrezca necesariamente respuestas absolutas. De hecho, lejos de las certezas, la música de la oscense parece dibujar siempre un gran interrogante, o al menos camina encima de una gran línea de puntos suspensivos sobre los que va imaginando posibles respuestas disco a disco. Respuestas que se cuestionan a sí mismas de forma circular, una figura geométrica muy característica en el sonido de Lai.
Circularidad y color, los dedos de Clara Lai tienden a lanzarse sobre el teclado como un ave sobre su presa, pero siempre después de calcular con paciencia dónde se encuentran las teclas que permitan un feliz aterrizaje y, a su vez, un nuevo despegue. No es una pianista-atleta, es una pianista-pintora que va dando forma al cuadro en un baile de alejamiento y acercamiento al lienzo, de perspectiva y detalle. El cuadro nunca está completo, como no lo está la persona que nunca se conoce del todo.
Son casi cuarenta minutos de retrato interior de Lai compartido por la pianista con Álex Reviriego y Oriol Roca, inmensos en su papel de corriente subterránea, de lava que, como la luna llena, agita a quien habita en la superficie. En ella se perciben las vibraciones del centro de la tierra, ese contrabajo de Reviriego que inquieta y sosiega a partes iguales con arco, que abraza cálido, redondo y nítido en el pizzicato. Roca, por su parte, interpreta y secunda y refuerza el ritmo interno de la música de Clara Lai con agilidad y sutileza, consciente de que un exceso de baquetas perturbaría las corrientes telúricas de estos “Corpos” en sincronía.
Texto: Carlos Pérez Cruz
El disco ha sido publicado en 2023 por el sello portugués Phonogram Unit.
