Club de Jazz 6/05/2024
Daniel Cano

Reseñas de discos

Marco Mezquida | Jesper Bodilsen | Martin Maretti Andersen - Pieris
Stunt - 2018
Año: 2018
Sello: Stunt
Músicos: Marco Mezquida (piano), Jesper Bodilsen (contrabajo), Martin Andersen (batería)


La historia del arte es la de la expresión del ser humano. Cada momento histórico tiene sus manifestaciones, transgresión de las anteriores, reivindicación de las olvidadas. Conviven siempre miradas contrapuestas, revoluciones e involuciones, intentos fallidos y éxitos fugaces. Siendo objetivo, es probable que esto último tenga más que ver con nuestro propio tiempo, el de las músicas pop(ulares), hijas de una economía de mercado que mercantilizó el sonido. Algo tan inaprensible como el aire pudo quedar atrapado en discos de piedra, vinilos, casetes, cedés y hoy en la red de internet. Todo lo que es posible vender, ha de hacerse necesario y renovarse a cada instante. La música cayó presa de la (i)lógica del capital.

La rueda gira y gira, no deja de dar vueltas, cada vez más rápido. El sistema requiere nuestra inmediata digestión, las cuentas de resultados no admiten paréntesis, y la vida se parece cada vez más a un tuit que a una novela en la que nos gustaría seguir viviendo hasta morir. El tiempo no es un concepto flexible. La lectura ha muerto víctima de la inmediatez y un poema es un muro de tiempo infranqueable. Los ojos se han cegado de pantalla y los oídos han quedado obstruidos por las ruinas de un bombardeo de sonidos que se asemejan a la música, pero son otra cosa: las granadas de mano que nos arroja la industria musical. La música, ¡la Música!, la que se tatúa en el alma, la que nos hace vulnerables, se ha retirado a la caverna a la espera de que alguien recuerde qué hizo verdaderamente humana nuestra existencia.

Tiene PIERIS algo de brújula hacia esa cueva. Es música cincelada con el mismo detallismo con el que Miguel Ángel trazó las líneas del cuerpo de su David. Es belleza clásica, proporcionada, eterna, inmortal y, sin embargo, ¿quién (ad)mira hoy la soberbia escultura del italiano? ¿Quién pasea por Florencia con la mirada y el tempo que requiere asimilarla? David dirige la suya a Roma y nosotros a su réplica con la mediación de una pequeña pantalla. La Roma de David es nuestro imperio en ruinas, el Coliseo que albergaba nuestros sueños y anhelos. En su interior, no había luchas de humanos y bestias sino fantasmas apaciguados por domadores de pasiones y cuentacuentos. PIERIS nace y vive ahí, en el interior del majestuoso recinto humano de las cosas bellas y eternas, de los sueños vaporosos que hacen un día más algo muy valioso. Si se escucha con atención, se puede ver la brújula señalando al centro, donde el norte y el sur se cruzan, donde el frío se templa y el calor refresca. Allí se está más cerca de uno mismo.

Carlos Pérez Cruz

Nota: notas publicadas originalmente en el libreto del disco.

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