The Bad Plus, formación creada en el año 2000, presenta con These Are The Vistas su segundo trabajo discográfico tras un primero homónimo (The Bad Plus, Fresh Sound, 2001). Segundo que, curiosamente, parece ser primero a tenor de las diversas promociones que hablan de álbum debut. Cosas de multinacional.
En este trabajo se recuperan un par de composiciones de la primera grabación. Una de ellas es la versión de Smells like teen spirit, del grupo Nirvana. Quizá el reclamo de la formación de Kurt Cobain facilita el apartado promocional o quizá sea decisión revisionista del trío. Sea como fuere, el disco iniciático parece quedar ya para la curiosidad del coleccionista.
The Bad Plus es ortodoxia en formación (piano, contrabajo y batería), pero heterodoxia en sonido. No son inventores de un nuevo lenguaje pero sí esponja de la música contemporánea (entendida esta como aquella música hecha en nuestros días). Conforman su modo de expresión a partir de los lenguajes melódicos del pop y del jazz y los ritmicos del rock, pop y dance. Todo ello unido crea el universo The Bad Plus, universo extenuante a la vez que intrigante.
El repertorio del trío es también reflejo de esas influencias rítmicas y melódicas. Composiciones propias (ocho en el disco) junto a tres versiones de temas de Nirvana, Blondie y de Aphex Twin. Tres ejemplos para analizar qué hay de cierto en el ánimo "deconstructor" de la música de The Bad Plus.
Siendo sincero, conozco a Nirvana (al menos el tema versionado), me suena Blondie y no conozco a Aphex Twin. Así que si me atengo al ejemplo de Smells like teen spirit, la "deconstrucción" no es prácticamente tal, ya que se respeta casi al completo la estructura original. Justo en el momento en que parece romperse la forma, se reexpone el tema. Será cosa de las limitaciones cronométricas del disco. En directo es de esperar mayor ruptura.
Una de las frases promocionales define a The Bad Plus como "el trío más ruidoso jamás visto", casi en contraposición a la también promocional frase de ECM "el sonido más hermoso después del silencio". Y es que con The Bad Plus el silencio se convierte en caos. La belleza de las armonías y melodías amables se torna en torrente sonoro donde los ritmos se cruzan y las tres voces parecen caminar independientemente para confluir al final del camino.
Buen ejemplo es el tema Silence is the question, firma del bajista Reid Anderson, donde la calma inicial se tensa hasta llegar a un caos de intensidad casi minimalista (por momentos uno parece escuchar en el piano la insistente reiteración arpegiada de, por ejemplo, un Philip Glass), para terminar confluyendo de nuevo los tres en ese silencio (sonoro) que forma parte de la pregunta. Una pregunta con respuesta en el anterior trabajor: Love is the answer.
Carlos Pérez Cruz
Club de Jazz 15/04/2024
Marta Sánchez
