Club de Jazz 3/06/2024
Matt Mitchell

Conciertos

La pasión de Carla González Ferrer
Teatre de l'Aurora, Igualada (Estival de Jazz), 8 de junio de 2023
Músicos: Carla González Ferrer (contrabajo), Haizea Martiartu (saxo), Eva Fernández (saxo), Cristina Sunyer (trompa), Alba Pujals (trombón), Andrea González (batería)

Carla González Ferrer

No hemos coronado la utopía de la igualdad, nadie puede garantizar que no haya pasos atrás, pero por suerte no vivimos en la Edad Media. Carla González asegura que “un poco sí”, pero las místicas “silenciadas” que inspiran su concierto “La visibilitat d'allò invisible” (La visibilidad de lo invisible) jamas gozaron de las libertades que la contrabajista disfruta en 2023.

El Estival de Igualada, en colaboración con el sello Underpool, le ofreció a Carla González su 'Carta Blanca' anual. La undécima. La olotina, de 33 años, la aprovechó para reivindicar a un grupo de mujeres del Medievo cuyas vidas y escritos descubrió asombrada a través de la lectura de “La mirada interior”, de Victoria Cirlot y Blanca Garí. El libro se centra en ocho místicas y revolucionarias que vivieron entre los siglo XII y XIV. Entre ellas, Hildegard Von Bingen, Àngela de Foligno, Matilde de Magdeburg y Beatriz de Nazaret. Iluminada por su ejemplo, González ha tejido un espacio sonoro para explicarlas y explicarse, para reivindicarlas y reivindicarse. También a sus cinco cómplices sobre el escenario, mujeres sobradamente preparadas para un mundo (musical) en el que predominan los hombres.

Lo invisible es lo que está dentro de cada uno de nosotros, también aquello que otros impiden que pueda verse. Lo que hay dentro de Carla González, al menos lo que comunicó su gestualidad y la música, es una pasión contagiosa por aquello que la ha epatado. También una sensibilidad estética más próxima al viejo continente que a Estados Unidos en lo que al jazz se refiere, lo que es de agradecer en un territorio (europeo) donde esto es casi una excepción. Su imaginario abraza tonos nórdicos, camerísticos, con un pie en esa música antigua que ama. En ese sentido, los momentos vocales que propone junto a sus compañeras le confieren al concierto un tono casi litúrgico, una vocación espiritual.

De aquellas mujeres de la Edad Media extrae Carla González lecciones de insurrección frente a la represión. Responde a su poética amorosa y religiosa con una música íntima y, a su vez, liberadora. Original, porque lo hace con una instrumentación tan poco frecuente como la de batería (Andrea González), contrabajo y un cuarteto de vientos con dos saxos (Haizea Martiartu y Eva Fernández), trompa (Cristina Sunyer) y trombón (Alba Pujals). Exigente, porque demanda de sus compañeras tanto la capacidad de inventar/improvisar como de leer/reproducir con la precisión y sutileza de un conjunto de cámara clásico. No es fácil combinar ambas exigencias y la música sufrió algunos trapiés en parte por ello. También por una cierta timidez expresiva y falta de rodaje. El de Igualada fue el primero de, ojalá, más conciertos.

Lo invisible, decía, es también aquello que otros impiden que pueda verse. Hay muchos otros que impiden o dificultan que lleguemos a tantas cosas tan bellas que vuelan por debajo del radar. Irónicamente, ahí es donde suelen darse los vuelos de más altura. Claro que detectarlos depende en gran medida de despertar nuestra aletargada curiosidad para que lo invible resulte, al fin, realmente visible.

Carlos Pérez Cruz

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