Club de Jazz 15/04/2024
Marta Sánchez

Conciertos

Thermal (John Butcher, Thomas Lehn, Andy Moor)
'Matadero' (Huesca) || 13 de enero de 2017
Músicos: John Butcher (saxo tenor y soprano), Thomas Lehn (sintetizador analógico), Andy Moor (guitarra eléctrica)

Thermal || Huesca 2017

Aunque no lo parezca, si nos atenemos a la cobertura mediática de la música y a los gustos del personal (lo uno va muy ligado a lo otro, claro), existen tantas músicas posibles que resulta obvio que las categorizaciones son una farsa, especialmente porque no llegan, limitan y condicionan. Músicas que incluso sorprenden a quienes las practican, como me confesaba el guitarrista Andy Moor antes de la actuación que Thermal ofreció en Huesca. Define de "strange" el resultado sonoro del trío, lo que podría traducirse por extraño, raro, curioso..., e incluso desconocido. ¡Qué excitación enfrentarse a lo desconocido como oyente! Lástima la tan extendida alergia a lo que se desconoce.

Thermal || Andy Moor

Cuesta mucho encontrar espacios para que los proscritos por el etiquetado puedan ofrecer lo suyo al personal, y por ello cada actuación a la que acudo en 'El Matadero' de Huesca (para mí seguirá siendo ese su nombre por razones de coherencia sentimental) es una celebración en el más amplio sentido de la palabra. Celebración de la diversidad, la creatividad y la posibilidad. Celebración entre amigos, lo que a efectos de la perdurabilidad despierta siempre vértigo a futuro. Pero celebración, ¡qué demonios! La del reencuentro de este trío, revitalizado diecisiete años después de su fundación, trece de su única edición discográfica. Tres criaturas con trayectorias muy diferentes (de las exploraciones lingüísticas de John Butcher a solo a los estallidos de Andy Moor con Lean Left, pasando por la profundización en la electrónica de Thomas Lehn) a las que une, más allá de filiaciones estéticas, una de las cosas más importantes de la vida: la curiosidad.

Me explicaba Thomas Lehn que los tres tienen en común el interés por trabajar de forma libre con el sonido. Y ese es un matiz no menor; habrá que incidir una vez más en que la música no es necesariamente ritmo y melodía (al menos no explícito), que puede ser también sin ellos, tener texturas, cualidades físicas, forma y densidad, color y electricidad. Aquí la electricidad va de serie con el sintetizador con el que Lehn trabaja de forma casi exclusiva desde mediados de los años 90 y sobre el que se ejercita en ocasiones con la ansiedad de un científico con pasión de infante, maneras de DJ y hechuras de pianista (que lo es).

Thermal || John Butcher, Thomas Lehn

Con su juguete, Lehn va lanzando sonoridades camaleónicas, tanto de corte futurista como retro, en las que se engarzan en un juego de improvisación permanente Butcher y Moor. En realidad son tres voces iguales en diálogo, con independencia de la característica instrumental. Resulta fascinante cómo logran compensar el poder ilimitado de la electrónica con la condición humana de Butcher, inventor de sonoridades inverosímiles, evocador de gaitas orientales o del piar enloquecido de un pájaro, sin caer jamás en la excentricidad, y sin olvidar las características "naturales" del instrumento.

Thermal || John Butcher

Sonidos que en ocasiones parecían materializarse, timbres y efectos capaces de alcanzarte y dejar marca como la pintura en una batalla de paintball, además de crepitar en una parrilla en la que Moor vierte una versión menos virulenta de la que le conocemos en The Ex o en los mentados Lean Left, pero reconocible en sus proyectos más visuales junto a artistas como Yannis Kyriakides y Anne-James Chaton, entre otros, donde su guitarra es más una caja de resonancias graves, un disparador tímbrico, una campana, sierra rugiente e incluso el crujir de la madera de un muelle, más que un instrumento musical para el punteo.

El grado de ingenio, el oxígeno creativo para dotar de coherencia a ese caos aparente, y hacerlo además en largos desarrollos llenos de giros a partir de minúsculos detalles, de entradas sutiles que proponen un cambio de sentido adoptado con suavidad, describen tanto para el escenario como para la platea la necesidad de una escucha activa y continua, obligada para crear la sensación colectiva de tres individualidades tan particulares y para dar fluidez a un río sonoro tan difícil de verbalizar como de apaciguar. Strange(rs in paradise).

Texto: Carlos Pérez Cruz
Fotografías: Jesús Moreno

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