Club de Jazz 22/04/2024
Dan Weiss

Conciertos

Giovanni di Domenico & Oriol Roca
La Jazz Cava, Vic (18º Festival de Jazz de Vic) || 5 de mayo de 2016
Músicos: Giovanni di Domenico (piano), Oriol Roca (batería)

Giovanni di Domenico & Oriol Roca

El atleta que salta con pértiga y se eleva unos metros sobre el suelo lo hace con la certeza de que allá abajo queda un colchón que amortiguará su caída. Acelera a la carrera durante unos metros, posiciona la pértiga para impulsarse, gira su cuerpo en el aire y procura sobrepasar el listón sin derribarlo. Ese es su itinerario, la partitura de su recorrido. El músico que improvisa cuenta con el colchón de su experiencia, con el bagaje de exploraciones fallidas en las que aprendió a desarrollar algunos mecanismos de defensa, pero si cae lo hará con todo el equipo. No hay más itinerario programado que, quizá, el del tiempo pactado y alguna obsesión sobre la que se ha dado vueltas antes, pero no hay partitura del recorrido. Caer de pie sin derribar el listón no depende tanto de automatismos como de la capacidad para evitarlos.

El espectador de atletismo se eleva con el salto y salta si el listón no cae. El espectador de un concierto puede elevarse en ocasiones por la exhibición atlética de un músico, pero la elevación tiene consecuencias más duraderas si esta exhibición lo es más de emociones profundas que de músculo virtuoso. También si el listón de sus expectativas quedaba a una altura que los músicos superan con holgura. Depende, claro, de dónde quedara puesto el listón previo. En el caso del dúo entre el romano Giovanni di Domenico y el barcelonés Oriol Roca, el mío no estaba precisamente bajo, pero en la apertura del Festival de Jazz de Vic ese listón se veía minúsculo desde allá arriba.



Discurrido un siglo de historia del jazz, ha habido tiempo más que suficiente para el establecimiento de patrones lingüísticos y estéticos concretos. Se pueden reproducir y, en esa reproducción, vestir con pequeños detalles propios. No es muy diferente a la rutina del atleta. Es una opción. Legítima. Muy frecuente. Muy defendida. Hay otras, no necesariamente antagónicas pero sí divergentes, también complementarias. Oriol y Giovanni son de los que exploran la divergencia, sin olvidarse de los elementos que son propios del canon y que pueden complementarse en absoluta armonía con ellos. No suben a escena con traje de época, sino que hacen música de su tiempo. En la pegada de Oriol no hay sólo tradición jazzística, aunque pueda ser tan "tradicional" como un Paul Motian, y en la relación de Giovanni con el piano hay tanto una actitud punk como una obsesión circular y minimalista, electrónica si me apuran, así como un toque de indudable elegancia jazzística.

Lejos de la mecánica de la predicción, el itinerario musical de Giovanni di Domenico y Oriol Roca ofreció en la apertura de Vic momentos de belleza singular, enmarcados por una sincronización perfecta de voluntades y deseos compartidos. Se ven poco porque la distancia y las agendas son así, pero hay entre ellos sintonía de hermanos. Crean partituras impredecibles, porque hay en el italiano un nervio que salta a la mínima sugerencia y que el catalán sabe reconducir e interpretar con una lógica apabullante. Son libres y tienen la disciplina para serlo. Cayeron de pie y nos hicieron saltar. Atletas del alma.

Carlos Pérez Cruz

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