Club de Jazz 22/04/2024
Dan Weiss

Conciertos

Ramon Prats & Axel Dörner
'Matadero' (Huesca) || 7 de mayo de 2017
Músicos: Ramon Prats (batería), Axel Dörner (trompeta y electrónicas)

Axel Dörner y Ramon Prats durante su actuación el 7 de mayo de 2017 en el 'Matadero' de Huesca. Fotografía de Jesús Moreno

Que sea el público el que convenza al músico, cauto después de una sesión de "música muy intensa", de que quiere más, aunque sea "¡una miniatura!", es la señal de que se han establecido y consolidado las conexiones tanto entre los dos improvisadores como de éstos con el público. Fue la guinda a una sesión que discurrió entre un silencio monástico de escucha activa: la única fórmula para poder disfrutar y asimilar la música en toda su dimensión.

Y eso que Ramon Prats salió a escena prevenido de que podía haber público que ignorara a qué se exponía, lo cual no es tanto una amenaza como una falta de costumbre. Animó a dejarse llevar por el viaje, e incluso a que las piernas bailaran (o se levantaran ¿y marcharan?) si así se sentía la música, aunque lo primero que consiguió fue las risitas iniciales de una espectadora que se dejó llevar por la comicidad de contemplar otras formas de trabajar sobre los instrumentos. Poca broma, aunque las consecuencias de la exposición a la música fueran tan terapéuticas como las de una buena carcajada.

Ramon Prats durante su actuación junto a Axel Dörner el 7 de mayo de 2017 en el 'Matadero', de Huesca. Fotografía de Jesús Moreno.

Era la segunda ocasión en que alemán y catalán subían juntos a escena, después de un primer encuentro en Barcelona el día anterior. Contraste de personalidades que encontró terreno común y acuerdo entre la tendencia introspectiva del alemán y la más expansiva del catalán que, sin embargo, tiene tal cantidad de recursos que puede mantener su intensidad en la contención. Siendo la suya la pata acústica del dúo, Prats dio respuestas geniales a las proposiciones electrónicas de Dörner, cuya trompeta, modificada para el trabajo electroacústico, se convierte en una sorprendente caja de sonidos y texturas en sincronía con su ordenador.

Axel Dörner, un clásico de la experimentación y la improvisación centroeuropea, trabaja con una trompeta modificada, en la que el tubo que los trompetistas utilizan para ajustar la afinación está sustituido por una vara similar a la de un trombón, aunque de recorrido más reducido. Eso le permite un trabajo microtonal y, por ende, crear unos precisos glissando que no son posibles con la trompeta convencional (aunque Peter Evans lo haya logrado... Cosas de P.E. 'El Extraterrestre'). Al instrumento le añade un artilugio del que surgen unos particulares pistones y en el que, con varias ruedas de volumen y otras pestañas, controla frecuencias y envíos. Con ello resulta muy difícil discernir qué genera qué en cada momento, máxime cuando, además, Dörner puede manipular electrónicamente los sonidos que Prats genera con la batería.

Axel Dörner durante su actuación junto a Ramon Prats en el 'Matadero', de Huesca, el 7 de mayo de 2017. Fotografía de Jesús Moreno.

Ésto, que puede sonar muy marciano, resulta sin embargo en una música que, aunque alejada de los patrones de ritmo, melodía y armonía convencionales, es terrenal. Y en tierra firme se mueven, desde los ambientes de tempestad polar que generaba Dörner con el soplo a micrófono al coro de grillos de una noche tórrida de verano. Sonidos que tienen mucho de viaje, de música de textura en permanente mutación, tan física como etérea, generadora de alteraciones sensoriales, cuyo consumo es infinítamente más saludable que el de otras drogas de evasión. Que durante tres cuartos de hora lograran mantener en todo lo alto la tensión narrativa y los escenarios de la música, un chute vital de primer orden.

Texto: Carlos Pérez Cruz
Fotografías: Jesús Moreno

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