Reseñas de discos

¿Será Miles Davis el inventor del jazz flamenco? ¿Será éste un disco de jazz flamenco?... En fin, dudas y más dudas. Por ejemplo, The Pan Piper, ¿está inspirado en la música peruana?* Si es así, ¿qué hace en estas pinceladas de la España musical según Miles? Claro que, según otros, la inspiración es gallega... ¿Será indescifrable como el asesinato de Kennedy después de tantos años?.

Dudas aparte, estamos ante una auténtica joya de la carrera de Miles. Un trabajo que muestra bien a las claras la capacidad camaleónica del, para muchos, genio por excelencia del jazz, la gran figura de todos los tiempos. Su capacidad de asimilación del sentimiento español del sur (el norte queda en esas dudas sin resolver) es indudable y hace que su trompeta sienta en cante jondo. Una trompeta especialmente sentimental en este trabajo. Una trompeta con las mejores cualidades del Miles de siempre. La sencillez más compleja del jazz.

Se abre Sketches of Spain (algo así como Esbozos de España) con una versión del Concierto de Aranjuez, de Joaquín Rodrigo. Será la enésima de la historia pero afortunadamente el jazz juega con ventaja en esto de las versiones. Lo que en clásico es imitación (¡Ay, quien ose lo contrario"), en jazz es personalidad. Personalidad en base a la creatividad, a la aportación de la propia mirada (algo muy mal visto por las ortodoxias del clásico. ¿Será por eso que cuentan que a Rodrigo le disgustó el Aranjuez de Miles?).

Polémicas aparte, el Concierto de Aranjuez de Miles es una hermosa y emocionada mirada al clásico más internacional de la música española. Mirada de origen obsesivo. La audición, gracias a un amigo, de la obra de Rodrigo (no olvidemos, concierto para guitarra y orquesta), sedujo de tal manera a Miles que las semanas posteriores estuvieron marcadas en su cabeza por la música de ese concierto.

La trompeta de Miles como protagonista sin desmerecer, por supuesto, la labor en arreglos y composición de Gil Evans quien, con sólo unos discos comprados, supo captar como nadie la esencia del sur musical español.

Y aunque la portada del disco, toro incluido, pueda llevar a pensar en los tópicos aflamencados de nuestra música, nada más alejado de la realidad. La calidad inmensa de la música y el respeto a la tradición con la que Gil Evans trata los arreglos supera incluso la labor que algunos autores ibéricos de la época ofrecían en su propia música. ¿Acaso no soportamos esas zarzuelas llenas de tópicos y reiteración del repertorio de nuestras bandas de música? Gil estuvo por encima de ellos. Y lo estuvo porque su música suena hoy en día contemporánea. Ha soportado sin problemas el paso del tiempo. Y eso, eso es un clásico.

Del resto del disco destaca, por esencia, la maravillosa Saeta con paso de Semana Santa en el "cante" de la trompeta. Trompeta cantaora al ritmo de cajas, tambores y cornetas de procesión. Una trompeta puesta al límite, cual voz que amenaza con romperse. Las grabaciones de campo del musicólogo Alan Lomax** son, en este caso, fuente de inspiración. Pocas veces escasos cinco minutos de música dan lugar a tanta emoción concentrada. Y sí, sé que el término emoción surge reiterativo en mis palabras. Pero, ¿acaso no es definición para este disco?

Carlos Pérez Cruz

*años después de escrita esta reseña certifico que la inspiración de este tema está en una Alborada de Vigo, registrada por Alan Lomax en Galicia durante 1952.

** los sonidos de la Semana Santa sevillana vienen recogidos en diversos trabajos de Lomax aunque en este caso se trata de sonidos registrados por Radio Nacional de España y cedidos para el trabajo de Alan Lomax.