Reseñas de discos

Hace tiempo que sabemos que dos más dos no suman necesariamente cuatro, sobre todo cuando en un cuarteto dos son pareja. Es el caso de la pianista suiza Sylvie Courvoisier y del violinista estadounidense Mark Feldman, que en Birdies for Lulu estrenan compañía con el contrabajista Scott Colley (antes Thomas Morgan) y Billy Mintz (antes Gerry Hemingway).

Son cuatro pero bien pudieran parecer tres. El peso de la música, sus cambios de humor, recaen en la pareja, mientras Colley y Mintz juegan un papel que, aunque fundamental y bien jugado, queda supeditado a las necesidades de ambos. Las salidas y entradas en la música de pianista y violinista, sus libertades expresivas, confían en los recién llegados una lógica rítmica y armónica sostenida que les permite a ellos las mayores alegrías, ya sea mediante un impecable, sólido –a la par que ligero- y veloz sentido del swing o acompañando y acentuando los juegos rítmicos y melódicos más complejos de temas como Travesuras.

Si bien Cards for Capitaine (con la que se abre disco) es por concepción una suite en tres partes, la voluntad narrativa, las tramas y las subtramas, los giros impredecibles, están presentes a lo largo de todo el disco. Hay, en ese sentido, un trabajo previo de composición o, al menos, de estudiada arquitectura de los temas. Espacios abiertos pero bien enmarcados y líneas disociadas que llevan a que la música se desarrolle en varios niveles simultáneos. Hay, igualmente, una notable combinación de recursos técnicos y expresivos –con un simple rasgado de las cuerdas del piano se envuelve en un halo de belleza cristalina un solo de Feldman en la pacificadora Natarajasana, obra del propio violinista-, de lenguajes que son jazzísticos por rítmica, fraseo y vocación, pero también contemporáneos (si es que tal palabro significa algo) por fundamento, por sus melodías quebradizas, ritmos complejos, sonoridades, timbres y armonías de temas como el que titula disco. Trabajo de sutilezas y balances, de equilibrios entre la exigencia virtuosa y la placidez que transmite su ejecución, de ensoñaciones y agitaciones, de música hermosa de muy cuidada factura.

Carlos Pérez Cruz

Nota: publicado originalmente en la revista 'Cuadernos de Jazz'.