Club de Jazz 15/04/2024
Marta Sánchez

Conciertos

Adam Ba?dych & Helge Lien Trio
25º Festival de Jazz de Guimarães (Portugal) || 19 de noviembre de 2016
Músicos: Adam Bałdych (violín), Helge Lien (piano), Per Oddvar Johansen (batería), Thomas Fonnesbæk (contrabajo)

Adam Baldych y Helge Lien

Sé que la envidia no es buena, pero siempre se la he tenido a aquellas personas capaces de dormir. Si además lo hacen de inmediato o en medio de ambientes ruidosos, la envidia es total. Mi vecino de asiento entró pronto en éxtasis con el concierto de sobremesa de la jornada de clausura de Guimarães. ¡Qué suerte la suya! Sus ronquidos, siempre a tempo, compitieron como elemento de distracción con la caza de peligrosos fotógrafos de móvil por parte del personal de la sala y con el establecimiento de conversaciones a izquierda y derecha de una joven espectadora de la fila de adelante. Tan adelantada estaba que, antes de acabar el concierto, ya había subido una foto a Instagram para compartir la experiencia (ahora todo lo es).

Imagino que ya existen pero, si no es así, deberíamos pensar seriamente en la organización de conciertos donde el móvil estuviera prohibido. Tajantemente. En nuestra sobreexcitada sociedad somos incapaces de concentrarnos en una actividad más allá de unos pocos minutos. La asistencia al concierto y el anuncio en redes sociales de nuestra presencia en él es lo fundamental. Que vean que estamos, lo dinámicos que somos, cuán fascinante es nuestra vida social y cultural. El caso es no parar ni un instante. El universo íntimo de un concierto, esa burbuja aislada de la cotidianidad exterior, profanada de continuo por el brillo de las dichosas pantallitas y las imperiosa expresión en alto de nuestras ocurrencias.

Adam Baldych y  Thomas Fonnesbæk

Si no fuera por los ronquidos (innecesaria, obscena e inapropiada comunicación de la cabezada), diría que mi vecino de asiento supo apreciar como pocos la naturaleza de lo escuchado. La propuesta del trío del pianista noruego Helge Lien, puesto al servicio del violinista polaco Adam Bałdych, resultó ciertamente letárgica, resultado de esa formulación estandarizada que hemos asociado a determinados nombres del jazz nórdico y a la que dio reverberación el sello alemán ECM (aunque Bridges, disco de este proyecto, lo edita su vecino ACT). Música de muy cuidada factura, siempre preocupada por no ofender y por abrazar, como un niño a un osito de peluche, las emotivas melodías de corte (y origen) folclórico. Resulta todo tan amable que hasta cuando quieren agitar las aguas, la superficie permanece en calma. Quizá haya una tormenta interior, pero fuera es un simple sirimiri.

Helge Lien

Gran parte del público acabó en pie, que todo hay que decirlo, aunque empiezo a sospechar que es un costumbrismo local. Lo cierto es que, aunque Bałdych le puso entusiasmo y tocar toca lo suyo, los temas fluyen sometidos a un estatismo armónico y a una repetición de estructuras que terminan por diluir el efecto. Bueno, no para mi vecino, que en pleno éxtasis onírico, terminó aplaudiendo uno de los solos más insólitos (por insulso) que haya escuchado en una batería. Le despertaron los aplausos. Quizá también a Per Oddvar Johansen, responsable de las baquetas.

Como toda fórmula, la adhesión tiene sus riesgos. Este lenguaje de jazz edulcorado por un melodismo pop de corte folclórico funciona bien cuando entre fina y fina capa melódica, además de azúcar, hay chicha y nervio, algo de lo que no anduvo muy sobrado Helge Lien. Eso sí, ni él ni el taciturno Johansen lograron llevarme al éxtasis de mi vecino. ¡Ni por esas! Lo mío no tiene remedio.

Texto: Carlos Pérez Cruz
Fotografías: Guimarães Jazz

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